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miércoles, 9 de marzo de 2011

UNA HISTORIA COMÚN



Hoy decidí quedarme en cama a ver televisión, como no es tan mía (la TV), aproveché mi a veces maravillosa soledad y luego de prepararme un rico desayuno me dispuse a buscar una película por el Cable, no importaba si fuera buena o no, el caso era quedarme en la cama mirando cuanta película se fuera presentando…síii, eso equivaldría a no cocinar, no lavar trastes, no barrer ni trapear ni sacudir, no tender la cama. ¡ESO!! no tender la cama y no pensar en nada que no fuera transportarme fuera de la casa a través de una película.

“Mientras dormías” mmm, ese título me movió algo dentro, así que acomodada plácidamente me centré en la historia.

Al cabo de un rato, algo me molestaba, más bien me inquietaba, comencé a sentir mis músculos tensarse uno a uno y más los de mi cuello. ¿Será posible —me dije — que no puedas disfrutar ni un medio día de flojera total? Los trastes parecían castañuelas. Escuchaba que tocaban en la puerta de fierro de la lavandería e imaginaba a la escoba y el trapeador disputándose quién lo hacía más fuerte, las sábanas me picaban por todo el cuerpo; definitivamente no he aprendido a quererme y ser mi mayor prioridad en la vida, sobre todo no he aprendido a detener la carrera de mi mente como tampoco hacer caso omiso a mi saturado y testarudo subconsciente, en fin.

Mientras Sandra Bulock (Lucy Moderatz) se debatía entre sus dudas yo me deshacía entre mi culpa por abandonar mis obligaciones de mujer responsable y buena y mi determinación de no tomarme tan en serio los quehaceres del hogar pero terminó ganando mi cargo de conciencia, así que en cuanto terminó la película, apagué el televisor y me levanté y lo primero que hice fue…sí, tender la cama, aunque no cesaba de pensar en la historia de Lucy...

Una joven que no tenía familia y añoraba sentirse en compañía, por lo que se hace pasar por la prometida de un hombre rico (Jack Callagan) que quedó en coma luego de que ella lo salvara de morir bajo el expreso de Chicago. El enredo se agranda y ella se va metiendo cada vez más en problemas con la familia de Jack con la que comienza a encariñarse, sentimiento que es recíproco ya que la familia del convaleciente está encantada con Lucy; pero el verdadero y serio dilema de Lucy principia cuando llega Peter el hermano de Jack, y se enamora de él irremediablemente. Por supuesto que él también va prendándose de la candidez y sencillez de Lucy la cual luego de verse con él varias noches le confiesa con cierta melancolía su frustrado sueño de conocer Florencia.

Para no hacer tan largo el cuento, Jack despierta del coma y aunque confundido porque no recuerda a Lucy en su vida, creyendo que padece de una amnesia temporal (o algo así) le propone casarse y ella acepta dejando muy triste a Peter.

Ya en la iglesia ella misma presenta su objeción (me causó risa) ante las miradas extrañadas de los asistentes y el reclamo del pastor quien le dice categórico que ella no puede objetar ya que es la novia, pero ella insiste y ahí confiesa su mentira y la razón que la llevó a cometer semejante atrevimiento, y termina declarándose enamorada de Peter.

El final es obvio. Lucy termina casada con Peter y se va de luna de miel a Florencia. Se escuchó la voz de Lucy quien narraba su historia desde el comienzo, y entonces es cuando yo me sobresalté e inexorablemente terminé bañada en lágrimas: “Jack me preguntó cuándo me había enamorado de Peter y yo le respondí: mientras dormías” -señaló Lucy-. Fin de la película.

Me senté en la cama abrazando mi almohada sin parar de llorar. Lucy había objetado y consiguió realizar su sueño más preciado, yo nunca me atreví a objetar nada ni siquiera hoy me permití el lujo de cumplir con mi propósito de no llevar a cabo ni un quehacer doméstico, no pude evitar reclamarme casi ahogándome en mi propio llanto: “¿Te has puesto a pensar, que a estas alturas de tu vida tal vez te vayas de este mundo con las ganas de conocer París?” También me cuestioné: ¿En qué momento había caído en la cuenta que yo tenía una ilusión que me sustentaba y que, aunque no lo viera nunca, él cambió al menos mis rutinarias rutinas?

Terminé de tender mi cama sin dejar de pensar...sí, así es…si él me preguntara cómo y cuándo sucedió que yo me enamoré de otro, le respondería exactamente lo mismo:

MIENTRAS DORMÍAS…

Abur =)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy una adicta a leer blogs que contengan buenos temas y tu historia comun me parecio fantastica como mujer me identifico mucho con esta historia no se que mas decirte lo cierto es que me gusto y me gusto. La poesia no es mucho de mi agrado, pero no voy a negarte que te lei también y no cabe duda que eres muy buena poeta y escritora, vivo en Estados Unidos pero soy de Mexico

Sandra

María Ayala T. dijo...

Gracias, Sandra por tu comentario, me motiva y me deleita. Te mando un afectuoso saludo hasta donde sea que estés allá en el vecino País,

María

Anónimo dijo...

Me identifiqué mucho con la protagonista de ésta historia. Hace falta querernos y apapacharnos , verdad? Me encantan tus poemas, pero cuando escribes cosas tan cotidianas, y lo haces de esta manera en que uno va viviendo y sintiendo la historia, confirmo que tienes un don. Porque quien hace sentir con sus palabras, sin rima o con rima, como tu lo haces, es alguien digno de toda mi admiración.

Laura Garza

María Ayala T. dijo...

Gracias mil por tus palabras y tus conceptos hacia mí, Laura, me da mucha emoción. Es seguro que todos poseemos un don, el truco está en descubrirlo y explotarlo y si además logramos cumplir con las normas que nos impone la dádiva, pues no se puede evitar sentir una gran satisfacción al recibir comentarios tan halagadores.

Es motivante para mí cuando recibo comentarios de quienes me leen, pues esto me lleva al deseo infinito de superarme cada día y dejar lo mejor de mí en cada palabra. Recibe un beso grande y un abrazo fuerte (mi Lady).

María

Orlando Francisco Menéndez dijo...

Con buena narrativa lograste expresar tu estado de ánimo y vivencia personal de ese tiempo que dedicaste a descansar y ver una película.
Y lo hiciste de tal modo que hasta leí el artículo entero que cuenta la película y lo que sentiste.
Sabrás te soy sincero, porque casi nunca soporto que me cuenten una película, no porque quiera sorprenderme cuando la llegara a ver, sino porque me fastidia.
Pero como en esta entrada hablaste más bien de ti, la leí.
Muy bueno. Gracias.